(Los ojos subjetivos, oscuros, crean el mundo en que habitamos. )
Una
de las consecuencias directas de la asimilación del individuo en la carne y la
sangre es la inminente soledad. No solo por las ataduras y cadenas que se
romperían al dejar de representar roles
sociales preestablecidos, sino por la solemne
verdad de que como hombres e
individuos estamos solos. Sin desligarme del cuerpo, o meterme en la idea de un
“yo” cartesiano, es decir un espíritu que vive encerrado en su cuerpo, puedo
afirmar que tanto espíritu como caos están completamente solos. Vivimos solos,
comemos solos, respiramos solos, pensamos solos y sentimos solos. Todo intento
de comunidad es una farsa, sino se hace objeto.
Si no se pierde la conciencia y se entrega al individuo a una deidad
irracional que represente un Uno, algo
permanecerá que nos separe como seres humanos, llamo a esto la materia
oscura. La materia oscura es aquel
océano sobre el cual se funde toda sociedad. Es el abismo entre dos almas, el
desolado desierto entre dos soledades.
(El auténtico atuendo, la oscuridad)
(El ojo social, iluso, construye moldes)
(La subjetividad humana, guíada por el ojo social, crea un gráfico que no captura nada del otro individuo)
(La pesona somete su mundo interior al espacio oscuro)
(Triunfa, pero mediante la destrucción de cualquier limitación ajena)
Incluso
este texto es un intento por demarcar ese espacio, por definirlo, por imponer
un concepto. Pero no me interesa, doy fe, delimitar la mentalidad de nadie.
Sólo dar consciencia de la negrura que todos miramos a diario. Sólo con la
comprensión tanto espiritual (pensamiento) como caótica (emocional) de ese
óceano, podrémos ahogarnos en él
sin perder nuestra vida. Estamos solos,
animales como hombres. La interacción de unos con otros, por ende, no es
perfecta. Está separada por la soledad
negra. De allí se construyen las bases para toda sociedad y cultura. Pero está
cultura nace del dolor, y no se puede pretender luz del abismo. Quien salte, debe tener en mente que no nos rige el sol, sino la bella Selene. La materia oscura es aquello que compartimos
con todo ser humano, y debemos ser cuidadosos a la hora de batallarla. El
individuo es su propio rey, y el elíseo oscuro, su propio reino.
(El ser humano se hace consciente de la materia oscura)
(Se hace presente en ella, aceptando su soledad, y la oscuridad de sus ojos)
(El molde es eliminado)
Interesante reflexión, no todo el mundo tiene el valor de aceptar su soledad. así mismo, pienso que esa materia oscura no debiera considerarse un abismo entre dos almas, sino el espacio que permite en encuentro entre ellas, el espacio donde comienza la vida.
ResponderBorrarPor otra parte eso a lo que llamas "espíritu que vive encerrado en su cuerpo" no es mas que lo que conforma a el individuo mismo, un espíritu sin cuerpo no existe, y un cuerpo sin espíritu es muerte, el hombre no es mas que el producto de la interacción entre esas dos entidades, por tanto no lo pienso como un encierro, no hay frontera entre el individuo y el mundo, solamente creo que el hombre no tiene suficiente conocimiento de si mismo como para manejarse en la sociedad, es decir, el abismo donde la existencia surge.