jueves, 28 de enero de 2016

Dios mira al abismo





 Dios es tiniebla
Y de ella
Nacerá.


Para mirar al abismo y no palidecer hay que ser Dios. Y si Dios no existe, debo inventarlo. Debo extirparlo de mis entrañas y darle una forma macabra y luminosa.  Rojo de tanta sangre, nacerá en fuerza pura y Su ojo asustará al vacío, le obligara cual lobo a esconderse en su guarida  y lo humillará. Dios es un amante que no existe pero  a quien ese amor lo torna real. Lo hace carne. Basta un verbo para crear un mundo.



Asi como el amor resplandece sobre una nada reinante, Dios puede levantarse en el interior de cada ser que intente mirar aquella oscuridad  en el fondo de su reflexión. Invito a todos a contemplar al gusano, al abismo infinito que se extiende en miles de futuros que no nos están reservados.

 Miremos la nada.  Está al alcance de tan solo algunos pensamientos. Todos podemos con facilidad saber que nos deparará el futuro.  Sentirlo es la cuestión.

Pienso: “ Moriré y no existiré más”. Cuento el tiempo futuro  en que no existiré: días, meses, años, siglos, milenios, eternidades. ¿Cómo me siento con eso? Angustiado ¿Cuántos días pasaran hasta que exista de nuevo? Nunca existiré de nuevo. Siempre será un eterno no existir.  
Me desespero.  Caigo en lo oscuro. Nado hondo. Quiero salir, pensar en otra cosa.  Hago un esfuerzo  mortal por no irme y no reprimir este dolor. Me quedo.  En esa tensión cuasi divina,  nace Dios.


En alegría de fuego
La Beatriz mira a la nada
Y se ríe.


Me bautizo en fuego negro, en astros errantes, en oro  nocturno. Palidecen las normas racionales y del sentido común.  Todo se concentra en una lucha. Soy Dios frente a la nada. Así nació el amor, así nació Dios, y así nazco yo. Glorioso ante un abismo. En coro con un diluvio de maldiciones que armonizan la belleza de lo que estará muerto pero hoy vence. Vivir es una procesión de hermosura. Es flagelarse en música y sublimidad.


Siempre y cuando lo mediocre no nos aceche.

Con mediocridad no se puede mirar al vacío. Para sonreírle a la nada hay que ser Dios. De lo contrario habrá  que resignarse a ser barro.  Y sólo Dios puede llamar vida al barro.


Quien cesa de sentir
Belleza
No existe. 








 Marcos Liguori.













viernes, 15 de enero de 2016

Gusano





Lo más asqueroso se alimenta de lo sublime.  La cadavérica belleza es roída por miles de bichos que saquean y profanan lo que antes fue un templo. El desvanecer de la carne es un motivo para -más que llorar- celebrar.  Hay que hacer de la propia muerte un banquete.


En la nada una aureola
Cual santo
Pues beatifica
Nuestros instantes
Con su hondo grito.




Descansa en paz lo explosivo, sabiendo que el asco hace posible su final. Amamos la vida porque tras ella hay un gran telón de nada que la hace posible.

“vivimos nuestras vidas porque no tenemos nada mejor que hacer"*


La muerte me crea y me redefine. Corona a mi animal, hace de mis impulsos algo único. No hay otra cosa que la propia vida y por eso es divina. Es un Dios bañándose en un mar negro.  Y si la vida es Dios, debo vivirla como tal.







No nos contentemos con suspiros mediocres. Hay que elegir: la intensidad o la nada.


 “Ningún hombre vale
Más que un suspiro
Son todos pura ilusión.”
**


Si  festejo mi  finitud la carne se volverá divina.  La corona ensartará en la piel la solemne consciencia del vacío y el terror irremediable de la no existencia.

Y sólo un vacío crea otro más sublime.

Si el mundo surgió de la nada, es un vacío superior.  Una corona de negro contraste. De luz opaca.
Si  mi padre es el abismo; he de ser abismo.  
Si mi vida acabará en el gusano;  si el asco es mi final; he de dejarle  al asco belleza.
Si el gusano me roerá; he de hacer mi carne mi Dios.
Si mi Dios es mi carne; he de ser Corona.



“No luches contra monstruos, a no ser que te conviertas en monstruo. Y si el abismo te mira, devuélvele la mirada.” ***





Haz de tu muerte un banquete
Que el gusano coma con alegría
En el abismo se corona quien siente.




* Watchmen, Alan Moore, capitulo 6, El abismo devuelve la mirada.

** Salmo 62;9.

*** Modificación de  la frase de Nietzsche citada en el capítulo 6 de Watchmen, El abismo devuelve la mirada.


 Marcos Liguori.