Hay
sólo dos modos de existencia: El modo que vive el hombre y el modo que actúa el
resto del universo, incluido los dioses. El hombre parece estar separado de su escenario vital por la capacidad
de razonar. La razón es aquella trampa que sitúa al sujeto en cualidad de “espectador”.
Por más que la filosofía o las diferentes ramas teóricas contemporáneas
intenten reivindicar el cuerpo, el hombre parece haberse separado del mundo, ya
sea mediante la admiración o la manipulación del mismo. La convención, entonces, crea un escenario distinto en donde el hombre pueda
desarrollar sus aptitudes. El hombre cercena sus deseos animales y los modifica
mediante azotes del poder regente. La irrazón es flagelada y luego clavada a la
cruz de madera denominada cultura. Dios
ha muerto, pero seguimos atados a su
cruz (mal plagio a Rimbaud*).
(La ciencia, aliada a la convención, se encargó de institucionalizar la cruz.)
Sin
embargo ¿quién se desangra? Ningún salvador, sino un monsturo. El animal. Vivir
convencionalmente y vivir en la sociedad contemporánea es un constante sangrar
del animal. Sin embargo, éste no muere. La convención le proporciona paños
sucios de donde pueda beber agua y no deshidratarse. Las expresiones
culturales, completamente institucionalizadas, son un ejemplo. El arte
mediocre. El arte aceptado. La intelectualidad
establecida. La intelectualidad reformante. El cánon y el contra-canón. El animal se pierde en las pequeñas batallas burocráticas
del saber y la cultura. Vive sin vivir, porque no se representa.
(La estética del animal, aborrecible.)
(Es embellecida por el hierro de la convención.)
¿Qué
es representar? Representar es encarnar la propia vida y asumir la propia
libertad. Es un estadio imposible.
Porque representar es asumirse a sí mismo, con la propia deformidad. Asumir la
libertad individual es, a los ojos de la convención, ser preso de la irrazón.
Para un hombre convenciónal, lo que yo llamo libertad es la peor de las
determinaciones. Es la ausencia de
pensamiento crítico. La ausencia de reflexión. De cálculo, de pensamiento. La
ausencia de dominio de sí mismo. Toda la
historia de la filosofía arrojaría las saetas al ser que intentara vislumbrar
que el pensar es una cárcel, aún más efectiva que la propia ignorancia. Representar
es vivir auténticamente y ser uno mismo. Es la manifestación de la irrazón. Es
la verdad (a los ojos de la convención es la falsedad o el error).
(El mundo del ser es un teatro de lo real, el mundo de la convención una farsa.)
(La voluntad es el personaje de la irrazón.)
Podemos
ser, o elegir ser.
Uno no construye su propia esencia, porque construir su propia esencia
constituye un acto de libertad racional. La libertad irracional o la libertad
de la voluntad es contraria a la voluntad racional, porque la voluntad racional
especula. La libertad de la razón es el encierro de la irrazón y
viceversa. La voluntad irracional es el
auténtico animal porque no ha sido amaestrado. La razón en cambio es un
constructo. Quien quiera ver libertad en ello está siendo racional y cae
en la paradoja mencionada. El animal no
es un proyecto, es la manifestación de la voluntad. La voluntad no es un
proyecto. Es la manifestación de sí. El
hombre convencional, en cambio, si es un
proyecto. Ese proyecto se consolida
reprimiendo la voluntad y eligiendo, ejerciendo la libertad racional. Si
ejercemos la libertad racional, estamos eliminando la libertad irracional.
Estamos eliminando la manifestación propia. Estamos evitando nuestra
representación. Estamos eliminando nuestra obligación animal de ser nosotros
mismos. La única moral existente, la de
la estética animal. La estética animal no se construye, ni se debate, la estética animal es.
(No hay construcción para lo único.)
Sin
embargo ¿por qué nos odiamos tanto (es decir, a nuestro animal)? ¿Que hace que
nos direccionemos y amaestremos nuestro ser hacia la felicidad (“la felicidad
es una cárcel, es la peor cárcel que hay."**) o lo correcto convencionalmente? En el hombre
de razón siempre habrá un vacío, una sensación de monotonía, se sentirá
intrascendente, pequeño, y sobre todo inauténtico. El intelectual o el artista
podrá descubrir esta situación y creer que se liberó mediante la cultura. Que
vive en las sombras sarcástimente. Pero su sombra es aún más artificial que la
anterior
(Las sombras creadas por las convención son invitaciones a que seamos devorados por anhelos artificiales.)
Me
atrevo a decir que las únicas personas que viven y se representan a sí mismos
son los considerados “locos". Son lós únicos serés dotados de razón que han logrado representar su
propia esencia, eliminando completamente la eficacia de la razón convencional. Son
evadidos y encerrados por la sociedad. Por los seres de la convención. Los
seres de la luz. Mediante los fármacos o el encierro. Quedán confinados a la oscuridad. Quizás, a
salvo. Són los únicos seres que, exiliados a las jaulas, a las pastillas y a los azotes de la policía convencional,
habrán vivido.
(La policia convencional encierra al loco. Experimenta con él. Busca controlar el error.)
(La irrazón, oscura, se manifiesta por encima de cualquier institucionalización y mecanismo de poder.)
("The fool" El demente, despreciado por la razón,se alza en victoria tras el telón.)
** V de Vendetta, Alan Moore.
Marcos Liguori.
Hace un tiempo ya me digo a mi mismo q no quiero ser feliz. Aunque a veces no creo q significa...
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